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Steff Cárdenas Terán

La ficción y la metáfora para adolescentes en Sani Saido Batoru! de Masashi Kishimoto

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Momentos claves y el huevo frito.

 


En Sani Saido Batoru! El espectador se encuentra ante un espacio y tiempo ficcional, creado dentro del sueño de Uchiha Sasuke, pero inclusive en este punto, no es Uchiha Sasuke el protagonista sino Uchiha Itachi, su hermano. Dentro del sueño del antes aludido, operan aspectos fundamentales para la realización de la metáfora global, son siete elementos fundamentales:


1) La tetera:


El primer acercamiento a cámara de forma fija será a la tetera, el primer instrumento que Itachi, el protagonista, pondrá en marcha antes de hacer todo el ritual. “El espectador percibe en las estructuras mismas de las apariencias, la ambigüedad ontológica de la realidad” (Bazin, 1973, pág. 72). A este sentimiento de duda e incertidumbre ante el significado de lo que el espectador ve en la pantalla, es a lo que denomina Bazin “realismo psicológico”, el cual relaciona con una verdad moral o metafísica, gracias a este, el espectador logra sentir desesperación ante el sonido o presencia de la tetera. Que después de la aparición de los huevos queda en un segundo plano, y no porque tenga menos importancia, sino que en realidad la tetera funciona como la concentración y determinación de Itachi, pues durante todo el proceso de hacer huevos el fuego de la tetera jamás se apaga. Sigue adelante. Inclusive, durante la escena roja y posterior a esta, la tetera sigue sonando, es decir, Itachi no desiste. Un dato curioso es que Sasuke jamás pone atención en la tetera, y cuando este se encuentra comiendo, no toma té, dando a entender al espectador que los esfuerzos y perseverancia de Itachi fueron secreto inclusive para su hermano.


2) El nombre, el huevo, y los huevos:


Uno de los elementos principales son los huevos, estos, representarán todos los fracasos que el hombre sufre para conseguir lo que él considera perfección, pero a lo largo del desarrollo del cortometraje se hace uso de la hipérbole donde en un principio Itachi utiliza solo una cartera de doce huevos pero en determinado momento la escena se abre y se puede ver todo el espacio de transito de la cocina repleto de platos con huevos fracasados, haciendo alusión a que ha fracasado muchas veces más de las que se pueden contar. Cuando el hermano baja a la cocina y se percata de ello, planea comer cualquiera de los que están en el piso, pero Itachi se niega a que sea de ese modo, por el contrario le advierte textualmente: “Preparare uno especial para ti”. Sasuke no discute y espera paciente. Es en este momento cuando sucede la transición de la escena roja. Más adelante se da cuenta que no hay más huevo, es decir “más oportunidades”, a pesar de que las buscas, -busca más huevos- no encuentra más, Itachi decide pedir ayuda a un tercero. Al salir de escena en búsqueda de esta redención y ayuda, al regresar, su retorno es victorioso pues ha vuelto como otro, el cambio de ropa aludido anteriormente, y un huevo nuevo obtenido gracias a la ayuda de alguien más, una gallina.


En este punto con el huevo fresco y una apariencia más relajada, Itachi logra su objetivo, tras un despliegue extraordinario de habilidades que se exige al punto del agotamiento, pero que al final tienen como resultado algo positivo: Un perfecto huevo frito de yema doble, es entonces cuando Itachi puede sentirse tranquilo pues por fin tuvo éxito en su batalla, agregando un corto dialogo: “Lo hice especialemtne para ti, disfrutalo”, en este punto la escena se enfoca en los huevos donde, aderezados con salsa de soya, podemos ver como se forman dos símbolos, el primero es el del clan Uchiha y el segundo el del clan Uzumaki, como si nos dieran una predisposición hacia lo que se acerca. Paolo Frabbri menciona en El giro semiótico (1999) que no se debe tomar la metáfora literalmente, debe de olvidarse de la lingüística para estudiar la especificidad cinematográfica, es decir, en el caso de Sani Saido Batoru, su traducción literal es “La batalla del huevo frito”, y la alusión inmediata implica entonces que efectivamente Itachi peleó contra los huevos, no obstante, no se debe dejar de lado que todos esos huevos son una representación de los continuos fracasos que Itachi tiene. Literalmente, Sani Saido Batoru, como construcción lingüística, representan una batalla que el protagonista libro, un resumen de lo que tuvo que pasar el hombre.

3) El ritual de inicio y la escena roja.


Estos dos elementos señalan a preparativos, mientras que el ritual de inicio es previo a la elaboración del primer huevo, la escena roja alude al uso de fuerzas “místicas”, de fuerzas superiores a las humanas, pero que se ve fracasa al no haber más huevos. En el ritual de inicio nos complejiza todas las decisiones que debe tomar Itachi antes de poder iniciar con su trabajo, un camino meticulosamente pulido para poder desarrollar, pero que sin importar cual perfecto lo haga jamás obtiene un resultado. Lo curioso es que en cada fracaso, Itachi realiza el ritual de iniciación desde cero: Quitar y ponerse el mandil, preparar los condimentos, lavar el sartén y dejar que el aceite llegue a su punto clave. Es un proceso que se repite constantemente sin saltarse ningún paso, esto para dejar registro de que fue igual de meticuloso con cada uno de sus intentos sin importar que fracasara. En un punto, tras la aparición de Sasuke en escena y tras la orden de no tocar ninguno de los huevos, Itachi se ve presionado por lo cual empieza a pedir ayuda a fuerzas más grandes de las que él puede manejar, al grado que los huevos que encontramos en el piso comienzan a adquirir rasgos humanos. Los huevos dejan de ser representación de fracasos y se convierten en ojos que señalan a Sasuke como el culpable de todos los fracasos que su hermano ha tenido. La escena se vuelve roja y distorsionada. Sasuke es el que ahora tiene la presión de los errores que su hermano a cometido, la metáfora se vuelve oscura.


Bourdieu (1997) nos habla sobre las implicaciones sociales que tiene una obra como tal y la importancia que se le debe de dar a esta, entonces un análisis más allá de la estructura estaría hecho aquí, donde podemos comparar la sociedad dentro del relato y la sociedad del espectador, ambas sociedades prejuiciosas que señalan indiscriminadamente, esto representado como se dijo antes por medio de la alegoría de los huevos que y la escena roja. Misma que termina, en el instante en que a Itachi no le quedan más huevos, más oportunidades para fracasar, y debe tener un cambio para salvar a su hermano de estos ojos señaladores y poder lograr el cometido. La manipulación de los matices, colores y símbolos en esta escena logran un gran impacto al espectador: todo está diseñado para tener ansiedad, sentir empatía al sufrimiento de ambos hermanos. Tal como nos dice Bermejo que sucede "un fenómeno mágico que emerge en el encuentro entre la pantalla y el espectador"; (Bermejo 2008: 147).


4) La vestimenta.


Antes se había hablado y señalado a la vestimenta como un punto fundamental entre los fracasos y el triunfo del protagonista.


5) El sharingan, o malformación en el iris ocular.


Se le denominara “sharingan” a una malformación en el iris ocular de las personas que pertenecen al clan Uchiha dentro del mundo que nos plantean en el cortometraje. El sharingan es exclusivo de este clan, nadie más lo puede poseer. La malformación, que consiste en ojos rojos y la distorsión en intrincados diseños de la pupila, se da una vez que el afectado haya sufrido un episodio traumático en su vida a la vez que se va desarrollando y volviéndose fuerte cuando vuelve a sufrir de estos momentos de experiencias duras dotando de capacidades sobrehumanas al usuario. Durante el film podemos ver cómo es que esta malformación, nacida del sufrimiento, se activa justo antes de empezar a preparar los huevos y tiene un cambio en el instante que comienza a preparar el último huevo. Es decir, que desde el inicio de la batalla Itachi tuvo dolor pero lo acogió para utilizar las habilidades del sharingan en pro del beneficio obtenido. Anteponiendo el bienestar de su hermano por encima de su sufrimiento.


6) El resultado final


Es uno de los elementos más importantes dentro del cortometraje, pues no solo logra hacer el huevo perfecto, sino que además, la materia prima, es el huevo que recolecto en ese instante, mismo huevo que resulta tener una yema doble. Cuando Sasuke prueba el platillo, confiere una aprobación y existe paz en el ente que se vio agitado durante toda esta transición, en ese momento, Sasuke despierta del sueño directamente al momento en que las acciones previas de Itachi (fracasos, representados como huevos en sus sueños) se ven recompensadas por el huevo de doble yema, es decir, el encuentro y acercamiento de Sasuke con otra persona que le muestra cariño y confianza, lo que Itachi buscaba. Se debe señalar que en esta secuencia Sasuke está acostado en la sombra, y es Naruto, el tercer personaje, el que llega a despertarle para que lo acompañe corriendo hacia donde el panorama es más brillante. Naruto representa la luz, la paz y tranquilidad, la perfección que Itachi añoraba mientras que cocinaba, pues no sólo los colores utilizados para animar este momento, sino que la transición que existe de Sasuke incorporándose y corriendo detrás de Naruto es en cámara lenta y desde diferentes ángulos, una vez él se encuentra en un lugar más iluminado la escena vuelve a correr a un tiempo normal. La última escena en particular alude al poder panóptico e invisible (un "gran hermano", un “dios vigilante”) que vigila, "sujeta" (Itachi sostiene en su mano el mango de la sartén y la pala de cocina) y controla los detalles (su mirada es fija y penetrante directa a su hermano y el amigo de su hermano que lo ha sacado de la oscuridad), en una forma de advertencia que siempre estará desde un punto alejado, “superior” para cuidar de sus emociones y sus acciones.


En este sentido de análisis, la metáfora se rompe pues ésta sale de sí para traducirse delante de los ojos de los espectadores, bien se pudo haber dejado de al personaje de Itachi con la sartén y el indumento de cocina como algo implícito, no obstante, el hecho de que aparezcan los elementos aludidos en un tamaño macro infiere una mayor carga semántica dentro de la ficción, es importante recalcar que ante la interpretación no se pierde absolutamente ningún sentido, es el caso de lo que Sergei Eisenstein nos dice: "Leer un film en tanto artefacto textual no es destruir ningún misterio, ni matar ningún placer, estético o del tipo que fuere. Ningún artilugio humano -y, un film lo es, incluso formalmente por definición- deja de poseer una lógica constructiva, cuyos mecanismos es posible deconstruir. El análisis pretende comprender, cómo, desde dónde, y por qué una película produce efectos de conocimiento. Se trata, en suma, de asumir las leyes que gobiernan nuestras percepciones, a sabiendas de su carácter histórico, provisional y variable. (...) Se trata no sólo de poner al descubierto el carácter procedimental del objeto film, sino también lo que de constructo tiene el ojo que observa"; (Eisenstein 1996: 10).


Es el detalle microscópico y el macroscópico es lo que produce en los sentidos que deja entre ver o delatar las estrategias de producción que cuestiona la transparencia de las ideas enunciativas otorgadas al lenguaje audiovisual, en este caso, restando de estética metafórica, pero no por eso de significado, el cierre del cortometraje.

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Introducción

Construcción rumbo a la metáfora

Momentos claves y el huevo frito (estás aquí)

Conclusión y bibliografía

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